domingo, 2 de noviembre de 2008
Abzurdah me obliga a caminar al borde del abismo, un abismo infinitamente
profundo. Estoy dispuesta a mirar lo que yace en el fondo o en el camino hacia el fondo
del abismo, pero necesito una mano que me sostenga solo por si me resbalo. Quiero que
lo entiendas, o quizás sea menos prepotente: me gustaría que lo entendieses.
Pero estoy sola, no hay manos que me sostengan. Aquellas que sé se ofrecerían
sin dudarlo no son tan fuertes como para sostenerme sin caerse conmigo y no quiero que
nadie lo haga. Si voy a hundirme lo haré sola, nadie merece hacerse cargo de lo que me
pasa o de los recuerdos que me invaden. Debo ser fuerte, afrontar lo que me toque, ser
artífice de mi destino e intentar por lo menos que quienes sufrieron conmigo no vuelvan
a saber de mi dolor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
muy buen libro
un beso blda.
Publicar un comentario